Capítulo 3: Vestigios y Legado en Cerezo de Río Tirón

Estructuras Defensivas, Religiosas y Civiles: Un Paisaje Histórico

El término de Cerezo de Río Tirón es un verdadero palimpsesto de historia, donde numerosos vestigios materiales sugieren un pasado de notable importancia y complejidad. Más allá del imponente Alcázar de Cerasio, que dominaba la región, se identifican otras estructuras que en conjunto dibujan el perfil de una localidad con una rica vida cívica, religiosa y defensiva a lo largo de los siglos.

Edificios para el Espectáculo: Teatro y Circo Romanos

La huella de Roma en Auca Patricia se manifiesta en edificaciones destinadas al ocio y al espectáculo. Se ha documentado la existencia de un "Teatro Romano del siglo I en la civitate de Aucam en Cerezo de Río Tirón". Adicionalmente, se localiza otro "Teatro Romano de la Ciudad de Auca Patricia, del Siglo III o IV en el termino de la Arena en las Canteras este de piedra de arena". Estas estructuras evidencian una población romanizada con capacidad para erigir y disfrutar de tales complejos.

Junto al teatro, se han identificado ruinas que podrían corresponder a un circo romano. Según se describe, "en la Vega de los tormentos encontramos unas ruinas que dan la medida exacta para el circo que buscamos de 333x111 metros", dimensiones comparables a las de otros circos hispanos como los de Huesca, Calahorra o Augusta Emerita. La presencia de un circo reforzaría la idea de Auca como un centro urbano de primer orden.

Centros de Poder Religioso y Asistencial

La importancia religiosa de Cerezo en la antigüedad parece confirmarse con la "Episcopi San Martín, en Capellanía, en Dios te Salve". Esta estructura es descrita con dimensiones considerables, "con 116 metros como mínimo de largo y 60 metros de ancho, con su respectivo baptisterio y pila bautismal", lo que sugiere que pudo haber sido un importante centro episcopal, posiblemente la sede de un obispo.

Otra edificación de gran interés es la actual Iglesia de San Nicolás. Por su singularidad arquitectónica y características constructivas, se ha propuesto que su origen podría remontarse a un mausoleo imperial romano, posteriormente reutilizado para el culto cristiano, como se exploró en el Capítulo 1.

La vocación asistencial también tuvo su lugar, como lo indica la mención de un "Hospital de San Jorge". Vinculado a la Orden de los Hospitalarios, se ha datado su actividad en el año 840, durante el reinado de Ramiro I. Es particularmente interesante la observación de que los hospitalarios, bajo "la bandera de Ramiro I y su mujer Paterna (Cerezana de Cuna, Banucasi de nombre), la de San Jorge", podrían haber estado custodiando la iglesia de San Nicolás, lo que sugiere una continuidad o superposición de funciones sagradas y asistenciales en este espacio.

Testimonios Rupestres: Las Cuevas de Setefenestras

El entorno de Cerezo alberga también sitios de interés como las "Cuevas de Setefenestras, Quintanilleja o Quintanilla de las Dueñas". Un detalle constructivo notable de estas cuevas es que "las paredes son de Lapis Especularis", un tipo de yeso selenítico traslúcido que los romanos apreciaban y utilizaban a modo de vidrio para ventanas. Este hallazgo podría indicar la explotación de este material en la zona o la existencia de eremitorios o estructuras singulares en estas cuevas.

Toponimia y Tradiciones: Ecos del Pasado

La riqueza histórica de Cerezo de Río Tirón se refleja también en la multiplicidad de nombres con los que ha sido conocido a lo largo del tiempo. Esta variada toponimia es un eco de las diversas culturas y administraciones que han dejado su impronta en el lugar: "Nombres de Cerezo: hay para elegir... Cerasio, Cereso, Cesariense, Segisamam, Auca Patricia, Aucense, Oca, Área Paterniani, Autrigonia, Castilla Vetula, Cerasio de Río Tirón, Cerezo de Río Tirón." Cada nombre es una ventana a un periodo o una faceta de su compleja identidad.

Las tradiciones locales y la hagiografía cristiana aportan otra capa de significado al legado de Cerezo. La figura de San Vitores es prominente; según la tradición, este santo fue "Decapitado como San Vitores el 26 de agosto del 388 en el Circo de la civita Auka", vinculando su martirio directamente con la antigua ciudad romana y sus espectáculos.

Otro santo venerado en la comarca es San Formerio. En torno a sus reliquias existe un interesante debate, pues se plantea si los restos custodiados en la cercana localidad de Bañares pertenecen realmente a San Formerio o si podrían ser los de San Vitores, trasladados desde Cerezo en algún momento histórico. Esta discusión subraya la profunda huella de estos santos en la devoción popular y la interconexión de las tradiciones locales.

El Camino de Santiago: Una Vía de Peregrinación Histórica por Cerezo

La relevancia de Cerezo de Río Tirón como nudo de comunicaciones se ve acentuada por su inclusión en una de las rutas de peregrinación más importantes de la cristiandad: el Camino de Santiago. Su trazado por esta zona no fue casual, ya que aprovechó la infraestructura de una antigua calzada romana que conectaba Tarragona con Astorga. Como se ha señalado, Cerezo se encuentra "En el antiguo Camino de Santiago, en la Calzada de Tarragona a Astorga."

Esta calzada romana, posteriormente transitada por incontables peregrinos jacobeos, facilitó el flujo de personas, ideas y cultura a través de Cerezo durante siglos. La presencia del Camino no solo subraya la posición estratégica de la localidad, sino que también la integró en un vasto movimiento espiritual y cultural que definió la Europa medieval, dejando una impronta imborrable en su carácter y desarrollo.

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